Secretario general de la FiFA recorrió las sedes en la Amazonia y el Pantanal

El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, inició una gira por sedes de la Copa del Mundo 2014 en la Amazonia brasileña, el ecosistema Pantanal y en Rio de Janeiro, en su cuarta visita a Brasil para evaluar el avance de obras en estadios e infraestructura.

La visita comenzó en Manaos (Amazonas, norte), donde Valcke visita el estadio Arena Amazonia, que tendrá capacidad para 44.000 espectadores y cuyas obras han avanzado un 42%. Le acompañaron los ex astros del fútbol Ronaldo y Bebeto, y Luis Fernandes, representante del Comité Organizador Local (COL) del Mundial.

El estadio de Manaos, valorado en 532,2 millones de reales (260,8 millones de dólares al cambio actual), estará listo en junio de 2013 y recibirá cuatro partidos de la fase de grupos de la Copa.

En su agenda en Amazonas, Valcke tiene prevista una reunión con el gobernador del estado, Omar Aziz.

Ambas sedes "son ejemplos perfectos de la bella diversidad del país. Las visitas son muy importantes, no sólo para ver in situ los avances de los estadios y la infraestructura en general, pero también para tener condiciones para formar nuestra misión conjunta con representantes de las ciudades", dijo Valcke el viernes pasado en un comunicado.El miércoles temprano visitará en Cuiabá (Mato Grosso, norte) la Arena Pantanal, cuyas obras por 518,9 millones de reales (254,3 millones de dólares) han avanzado en un 46%. El estadio, donde también se disputarán cuatro juegos del Mundial, podrá acoger a 42.500 hinchas.

En Cuiabá, el responsable de la FIFA también se reunirá con autoridades locales.

La gira cierra el jueves en Rio de Janeiro, donde Valcke sostendrá un encuentro con la directiva del COL y ofrecerá una reunión con periodistas.

Esta es la segunda visita que el responsable hace el país desde que en febrero dijo que Brasil necesitaba una "patada en el culo" para acelerar las obras para el Mundial, con atrasos importantes sobre todo en lo que se refiere a infraestructura.

Sus declaraciones agriaron la relación con el gobierno brasileño, aunque la tensión ya se considera superada.